Los mitos

“La lectura de un buen libro es un diálogo incesante, en el que el libro habla y contesta el alma”

                                                                           San Agustín

Un recorrido por el lugar donde habitamos, sea nuestra ciudad o nuestro pueblo, nos sumerge en distintos escenarios, todos ellos se construyen con voces, gestos e historias diferentes.

Los mitos y las leyendas  nos permiten conocer parte de la historia, intercambiando opiniones sobre lo leído, iniciándose en el juicio crítico y valorativo de estos textos literarios.

Este año, los mitos han sido un disparador para investigar y descubrir el legado que las antiguas civilizaciones nos  han dejado…

El ingenioso Dédalo

Esta es la historia de Dédalo y su hijo, Ícaro.

Dédalo era un arquitecto griego muy conocido por sus inventos, la silla plegable, el humanoide de Talos y el laberinto de Creta.

Él era el arquitecto del rey Minos, hasta que Teseo mató al Minotauro, el hijo que el rey tenía escondido en el laberinto.

Como Minos estaba muy enojado por esto, le ordenó a sus guardias que lo encierren en el laberinto junto con su hijo Ícaro.

Allí se quedaron muchos días hasta que el arquitecto tuvo una idea, como todos los días veía pasar a los pájaros , decidió hacerse un par de alas para escapar volando.

Juntaron las plumas que caían desde arriba en el laberinto, pero no fue fácil. Tuvieron que ordenarlas primero las chiquitas y después las más grandes. Luego las pegaron con cera.

Entrenaron mucho, pero al fin llegó el día. Dédalo le dio un consejo a su hijo,que no se acerque mucho al sol porque derritiría la cera y tampoco mucho al mar porque el agua haría pesadas las plumas.

Pero cuando salieron Ícaro se olvidó de lo que le dijo el padre y como se acercó demasiado al sol sus alas se rompieron y cayó al mar.

Dédalo con mucha tristeza continuó volando hasta llegar a la isla de Trinaquia, allí el rey Cócalo lo contrató como su arquitecto.

                                                                                                                Cecilia Olmos.